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Seis ideas fáciles para comer atentos.

Antes, las cosas eran distintas. No eran perfectas, pero desde luego eran más tranquilas. Nuestros padres y nuestros abuelos no vivían en un estado permanente de distracción, como la mayoría de nosotros hoy en día. No había móviles que les robasen la atención mientras se llevaban la comida a la boca… Ni había canales de YouTube para mantenerles “entretenidos” a la hora de comer. De hecho, en muchas casas ¡se apagaban todas las teles a la hora de la comida!

Hoy, en lugar de comer y saborear los alimentos que nutren nuestro cuerpo, “multitasqueamos”. La presión de nuestras vidas, profesionales y personales, nos hace sentirnos obligados a hacer dos o tres cosas a la vez. Y ya sabes lo que pasa en esos casos… Efectivamente: que acabamos por no hacer ninguna bien. Comer con prisas y sin atención significa que no le estamos dando tiempo a nuestro cerebro a recibir la sensación de saciedad que le envía el estómago al comer.

¿Cuánto suele demorarse esa sensación? Unos 20-25 minutos.

Si comes cualquier cosa en 10 minutos mientras estás acabando algo en el ordenador, a tu cerebro no le da tiempo a recibir la señal de saciedad, y sigue sintiéndose hambriento. Y, seguramente, lo que estabas haciendo tampoco habrá quedado tan bien como si le hubieses dedicado toda tu atención.

 

¿Qué puedes hacer?

Pausar y dedicarle toda la atención al comer que un proceso tan importante para tu cuerpo y tu salud, se merece. Es decir, come según los principios de Mindful Eating. Con Mindfulness irás descubriendo y siendo consciente de tu cuerpo y sus reacciones ante diversos tipos de comida. Los siguientes consejos, basados en los principios de Mindful Eating, te ayudarán a recuperar la atención, a disfrutar más de la comida, a mejorar la relación que tienes con tu cuerpo, y puede que incluso, ¡te ayuden a perder peso!

1.Come despacio.

Como te comentaba antes, se necesitan un mínimo de 20 minutos para que el cuerpo dé señales de estar saciado. ¿Por qué? Porque tu cuerpo es una máquina muy sofisticada con unos procesos fisiológicos muy complejos que requieren tiempo. En este caso, al comer, estimulas el nervio vago en el estómago que lleva hasta el hipotálamo la señal de saciedad. Para que ese proceso sea efectivo, debemos darle tiempo. Por eso, te recomiendo que te tomes el tiempo de masticar con calma.

Si lo haces:

  • Obtendrás más sabor y más nutrientes de la comida.
  • Le estarás dando tiempo a los nutrientes que se trasladan en la sangre a dar las señales de saciedad que tu cerebro está esperando.
  • Movilizarás las células grasas del cuerpo para indicar que se están reponiendo nuestros depósitos.

¿Te resulta difícil comer despacio? Te entiendo perfectamente. Hoy en día, nos hemos acostumbrado a comer a velocidades astronómicas. Pero, todo es cuestión de práctica. Para que te vayas acostumbrando, te propongo el siguiente ejercicio: Cuenta cuantas veces masticas cada bocado. Empieza masticando al menos 10 veces cada bocado. Y cuando te vayas acostumbrando, mantén este principio en mente: “Bébete la comida y cómete la bebida”. ¿Te imaginas la de veces que tendrías que masticar la comida para bebértela? Intenta seguir siempre estos principios de Mindful Eating.

bebe y come

2. Come la cantidad adecuada

Siempre se ha dicho que no es bueno comer hasta saciarse. ¡Por algo es la glotonería uno de los pecados cardinales! Nuestras sabias abuelas nos decían que dejásemos un pequeño hueco en el estómago… Y nuestras muy sabias abuelas tenían toda la razón. Porque para ser conscientes de la cantidad que estamos comiendo es bueno servirse toda la comida en un plato y observar cuánto estamos realmente comiendo.

  • ¿Tienes la sensación de que has puesto demasiada comida en el plato?
  • ¿Crees que es la medida adecuada?
  • ¿Te vas a quedar con demasiada hambre?
  • ¿Cómo va respondiendo tu estómago con cada bocado?
  • ¿En qué punto empieza el estómago a sentirse lleno?

Ir haciéndote todo este tipo de preguntas a medida que vas comiendo te ayudará a centrar tu atención en la cantidad de lo que tienes en el plato, y la reacción de tu cuerpo ante cada bocado.

3. Intenta mantener siempre la ecuación energética

¿Qué quiero decir con eso? Que no comas más de lo que tu cuerpo usa. Te cuento.

El Equilibrio energético consiste conseguir que la ingesta y el gasto de energía sean iguales. Cuando la ingesta de energía es mayor que su gasto, estamos hablando de balance energético positivo. ¿Qué sucede cuando hay un balance energético positivo? Que el aumento del tejido adiposo se traduce en un aumento de peso. Cuando la ingesta de energía es menor que su gasto, estamos hablando de un balance energético negativo. En este caso, se produce una disminución del peso corporal. Lo ideal, es conseguir el equilibrio adecuado. Comer mucho menos, tampoco nos interesa.

¿Por qué? Porque el ser humano tiene un sistema anti hambrunas muy eficaz. ¿Qué sucede si perdemos peso muy rápidamente? ¡Qué suena la alarma inmediatamente! La alarma ante inanición nos dice que algo está fallando y el cuerpo encuentra la manera para recuperar peso, rápidamente. ¡Y no solo eso! Por si fuese poco, nos suma un poquito más para evitar pasar hambre en el futuro.

4. Sustitución consciente

¿Oyes la vocecita que te invita a comerte toda esa tableta de chocolate? Pues, dile cordialmente que va a ser que no. Que la tableta en este momento no es lo que tu cuerpo necesita. Recuérdale amablemente que hay sustitutos, igual o casi tan satisfactorios, que te van a hacer sentir mejor a largo plazo. Es decir, no ahogues la vocecita que te llama a comer chocolate, pero ¡tampoco cedas a sus palabras seductores y acabes por comerte la tableta! No olvides que, ¡aquello a lo que te resistes se hace más fuerte! Así que, sé consciente de qué te lleva comer, por qué te tienta, e intenta sustituirlo por una opción más saludable.

¿No consigues silenciar la vocecita? En tal caso, intenta comer de forma atenta una cantidad más pequeña de la que deseas, aplicando la Meditación de los 9 Kamber que puedes conseguir aquí.

5. Trátate con benevolencia.

Te había hablado ya en otro artículo de tu crítico interior¿Recuerdas? Aquel personaje que insiste en decirnos qué deberíamos y qué no deberíamos hacer. ¡Siempre tirando de nosotros! Es cierto que sus intenciones suelen ser buenas y quiere ayudarnos, pero esa tendencia suya hacia la negatividad, ¡siempre nos acaba creando problemas! Así que, cuando oigas a tu crítico interior insistiendo en que llevas sobrepeso, que nunca lo vas a rebajar, y que para qué tanta tontería si la genética te ha marcado ya el camino… Dale las gracias y siléncialo.

Trátate con benevolencia. Date la oportunidad de decirte a ti mimo/a que te mereces ese cuidado especial. Te mereces el tiempo que dedicas a comer con atención. Tu cuerpo es un santuario, y se merece todo el mimo y la atención que puedas prestarle. ¡Empezando por algo tan sencillo como la comida!.

benevolencia

6. Ojos que no ven, mente y corazón que no sienten.

¿Esa tableta de chocolate sigue siendo un problema para ti? No la compres. Si no la compras, seguramente no vas a pensar en ella, y por lo tanto, no vas a caer en la tentación. ¿Te parece una obviedad? Tal vez, pero te invito a que piensas en todos los productos que tienes en tu cocina t que, representan una verdadera tentación para ti.

¿A que son más de los que imaginabas? Además, vas a estar ahorrando dinero, ¡y lo puedes invertir en las actividades que te hacen disfrutar verdaderamente! Así que, despacito. Respirando… Meditando… Estudiando los alimentos que tienes en tu plato… Agradeciendo los nutrientes que vas a darle a tu cuerpo…

Me gustará mucho saber qué opinas de esto y cual es tu experiencia prestando atención a la comida. Puedes dejar tus comentarios aquí abajo. Nos vemos en el siguiente post.

Y, si comer atento te resulta difícil, no dudes en ponerte en contacto.

Estaré encantada de ayudarte a aplicar los principios de Mindful Eating a tu día a día.

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